
Maravillosas ellas… madres, hermanas, amigas, niñas… mujeres todas.
Valientes, humildes, luchadoras, constantes, trabajadoras, grandes, pequeñas, soñadoras, alegres, tristes, solas o acompañadas, diferentes pero iguales, tantas mujeres en una…
Pasan muchas por mi puesto.
Cada una con su historia.
Unas llegan, se prueban, se gustan, se quieren. En el espejo se miran a los ojos, a veces encuentran lo que buscan y a veces no. A veces compran, y a veces no.
Otras vienen atraídas por la curiosidad, o por ese imán que tienen los sombreros. Les invito a probarse, a mirarse, y se descubren… DIVINAS.
Otras quieren pero no pueden… tienen la creencia de que no les quedan bien los sombreros.
A veces siento la sombra inconsciente del patriarcado. Esa que nos encoje y nos asusta. Esa que nos limita, que nos hace dudar. Esa que nos invita a ir siempre impecables por el hecho de ser mujer. Que nos hace mirarnos con ojos críticos. Que nos hace sufrir, sentirnos pequeñas con lo grandes que somos.
Queridas mías, vamos a despojarnos de esos filtros. Vamos a gritar a los cuatro vientos:
¡¡¡NO SOMOS PERFECTAS NI QUEREMOS QUE SERLO!!!
Podemos atrevernos un poquito más, estamos protegidas por la tierra la luna, el agua y el viento.
Podemos darnos el permiso y la libertad de ponernos y comprarnos lo que nos dé la gana.
Vamos a mirarnos desde el corazón. Ahí estamos.
¡¡¡Vamos a atrevernos a esto… y a todo lo demás!!!

Mil gracias hermanas por acercaros, por acompañarme, por el respeto, que sin duda es mutuo, por todo lo que me trasmitís, a veces flipo con lo que unos instantes pueden dar de sí.
Por todo eso y por mucho más… Siempre agradecida.
¡¡¡ALTO O BAJO… VUELA!!!